El presidente electo de Brasil busca recuperar los colores de la bandera para todos los brasileños luego de que el bolsonarismo se «apropiara» de la camiseta de la selección.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo este jueves un llamamiento a la población para que vista «con mucho orgullo» la camiseta de la selección nacional de fútbol a pesar de que en los últimos tiempos se la tomó como un elemento más propio de los simpatizantes del mandatario saliente, Jair Bolsonaro.
En un mensaje difundido en su perfil de la red social Instagram, Lula aseguró que la camiseta, que reúne los colores de la bandera, «representa a 215 millones de brasileños y brasileñas».
«Vamos a animar juntos a Brasil», añadió poco antes del estreno del seleccionado de fútbol en la Copa del Mundo de Qatar, que terminó con un triunfo de la «verdeamarelha» por 2 a 0.
Lula trata así de poner fin a una tendencia que se venía apreciando en los últimos años, según la cual la camiseta de la escuadra nacional era un símbolo que identificaba al bolsonarismo.
En tanto el Supremo Tribunal Electoral (STE) brasileño multó anoche por unos 4,2 millones de dólares al partido del presidente Bolsonaro tras negar un pedido de revisión del resultado de las elecciones ganadas por Lula da Silva, y la medida fue apelada por los partidarios de extrema derecha.
El presidente del TSE, Alexandre de Moraes, consideró de «mala fe» la denuncia presentada el martes por la agrupación política sobre supuestos errores en un gran grupo de urnas electrónicas.
El fallo destacó la «falta de pruebas y circunstancias que justifiquen el establecimiento de una verificación extraordinaria» de unas 280.000 urnas electrónicas utilizadas en el balotaje presidencial ganado por Lula.
El Partido Liberal (PL) de Bolsonaro requirió invalidar los votos de las urnas electrónicas «en que fueron comprobadas disconformidades irreparables de funcionamiento», y que se determinaran las consecuencias sobre el resultado de la segunda vuelta de las elecciones.
Las urnas en cuestión, según la denuncia, corresponden a modelos anteriores a 2020.
Según Moraes, que consideró «absolutamente falsos» los argumentos presentados, el pedido fue «ostensiblemente ofensivo al Estado Democrático de Derecho y realizado de manera inconsecuente, con el propósito de alentar movimientos delictivos y antidemocráticos», detalló la nota.
Esos movimientos se han manifestado con «amenazas graves y violencia» en bloqueos de carreteras en todo el país, agregó el juez.